Mi Secretario General del PLD

Por: Francisco Matos Mancebo
Miembro CC, PLD.

Sin visión de País, sin vocación de servicio y sin capacidad de entrega en sacrificio vivo a una causa, usted no hace nada en un Partido Político.

En cierta forma en los últimos tiempos, a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana, se ha enviado un mensaje de que mucho es bueno, y no siempre es así. La democracia es algo muy delicado donde lo mucho debe ser administrado a plena conciencia.
Este salto brusco ha sido inconscientemente una búsqueda de compensar lo que se perdió. Una falsa visión de estar por y para siempre, sin fecha de vencimiento. Eso dio lugar a que la cabeza se hizo vieja y desgastada y ahora tendremos la oportunidad de que se amplíe casi en su totalidad esa nueva manada con jóvenes ávidos de poder.

Los sentimientos sirven para endulzar la vida no para sustituir el buen juicio, que es lo que casi siempre pasa. Esto de ampliar por ampliar me luce que es para compensar algo descuidado acudiendo a la compulsividad y no a la estrategia llevada continuamente y por etapas como solía ser.

Los procesos no se mutilan, se pueden eficientizar y mejorar. Las ondas tienen valles y cúspides y eso les da continuidad, hay ondas tan finas que vibran a diez mil millones de veces en una millonésima de segundo, pura luz. Hay ondas del tamaño del globo terráqueo (el espectrómetro de masa así lo confirma científicamente). Somos seres de luz. La armonía debe primar siempre porque la especie humana tiene libre albedrio y eso nos hace más responsables y peligrosos a la vez. Los reinos animal, vegetal y mineral tienen ya trazada su línea de acción en total armonía. ¿Por qué no hacerlo nosotros también?

“Hay quienes se inflan como un globo de helio con un título, un buen cargo público, un apellido, una cuenta bancaria preñada y hasta por tener un cuerpo bonito y firme y se olvidan que vivimos en un mundo lleno de alfileres”

El Partido de la Liberación Dominicana debe renovarse y debe renovarse no cambiando a los viejos por los jóvenes, no. Hay que renovar la mente y el espíritu de lucha y para ello es necesario que aprovechemos la ocasión para escoger a un Presidente y a un Secretario General verdaderos, no simples compañeros ensimismados para que no nos pase igual o peor que lo que nos pasó con Leonel y Reynaldo: ninguno pagó nunca un peaje (en 18 años) para ir a algún pueblo del interior a resolver un solo conflicto interno y ni siquiera a escuchar a las compañeras y compañeros en sus preocupaciones acumuladas durante todos estos años.
Por un lado, tuvimos un Presidente por 18 años que, siempre fue o Presidente de la Republica o candidato a serlo y un Secretario General por 20 años que, fue Senador por 14 años, de los cuales, 9 años fueron como Presidente del Senado. En lo particular pienso que, Reinaldo no tuvo tiempo de ni siquiera saber cuál era su verdadera función como Secretario General del PLD, más allá de dirigir una que otra reunión del CP o servir de vocero ante la Prensa o dar boches como respuesta a alguna demanda, pregunta o exigencia de los compañeros.

El próximo Secretario General tiene una gran misión: resarcir de una vez y por todas, la función de Secretario General, haciendo su trabajo de carpintero y artillero del Partido, enfrentar situaciones muy agravadas por el tiempo a lo interno del mismo y tener el coraje suficiente para ayudar a limpiar de indisciplinas y malas mañas al Partido, poniendo en cintura a indisciplinados y mañosos y que no le tiemble el pulso si tuviera que llegar hasta la expulsión, de ser necesario. En otras palabras, recuperar y reimplantar el régimen de consecuencias a lo interno de la organización.

El nuevo Secretario General tendrá como tarea fundamental restaurar la comunicación de las bases con las altas instancias del Partido, perdida en su totalidad durante la mayor parte del tiempo en los 20 años de Gobiernos peledeistas. Debe luchar porque los y las peledeistas volvamos a tener vida orgánica y que reforcemos la identidad partidaria.
Debe ser un hombre trabajador casi como un obrero, consiente de la tarea que le corresponde, diligente a resolver situaciones, sagaz para dirimir conflictos y pronto en retomar, a la altura de los nuevos tiempos, la formación política de los compañeros y compañeras.

Mi secretario general debe ser probo, pulcro, de principios, leal al Partido y a nosotros, sus compañeros/as. Deberá haber sido formado en las lides peledeistas y no puede tener nada que ver con aspectos que riñan con las Leyes del País y las buenas costumbres, para no tener el temor de que una vez juramentado Secretario General, haya la mínima posibilidad de ser llamado por la justicia a declarar sobre nada, no vaya a ser que por las maldades politiqueras lo hagan preso siquiera un día, solo por hacernos ver corruptos a todos como hasta ahora ha sido el norte de los que gobiernan. Eso sería fatal y desgraciado para el Partido y todos nosotros.
Francisco Matos Mancebo

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