Debido a la pandemia por el COVID-19 que se vive a nivel mundial muchas personas se encuentran en estado de pánico y no es para menos, pues este virus ha cobrado la vida de muchos. En algunos casos el temor puede desencadenar paranoia, ocasionando que los individuos presenten los síntomas de la enfermedad sin estar infectados.
A este comportamiento se denomina trastorno de somatización o «síndrome de Briquet», un diagnóstico psiquiátrico aplicado a pacientes que se quejan crónica y persistentemente de varios síntomas físicos que no tienen un origen físico identificable.
La somatización está recogida en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría de Estados Unidos.
El documento explica que estos síntomas son reales y pueden llegar a confundir a las personas. Esta condición de salud hace creer que has contraído la enfermedad, pero el cuadro clínico no es originado por el virus sino por un estado de ansiedad y preocupación.
El rasgo principal de estos trastornos es la presentación reiterada de síntomas somáticos difícilmente explicables desde la fisiopatología.
El concepto de somatización tiene tres componentes
Experiencial: lo constituyen los síntomas que experimenta el sujeto.
Cognitivo: es la interpretación que el paciente hace de sus síntomas. En general, interpreta la somatización en el contexto de una enfermedad amenazante no detectada.
Conductual: la persona busca un diagnóstico y un tratamiento médico de forma persistente.
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